viernes, 21 de junio de 2013

Un espumoso mutante

Aunque la idea principal de este blog era descubrir vinos de precios baratos y moderados con gran distancia de los mata ratas y otros caldos poco bebestibles, iré haciendo algunas reseñas de los regalos de los amigos aunque vengan de marte. Debo aclarar que sean aliens o zombies, si traen un buen vino son bienvenidos en mi casa.

Tengo un amigo francés que es todo un gran conocedor de vino, cada vez que cruza la frontera no deja de poner en su coche unas cuantas botellas de vino y champagne de esa manera me pone al día con algunos clásicos y raras piezas de autor que comparte conmigo. Yo por mi parte, al tener accesible toda la península y llevar varios años descubriendo joyas le retribuyo con alguna sorpresa de la casa. Pero esta vez, conociendo mi debilidad por los tintes dorados y las burbujas finas me trajo un espumoso muy interesante y digo espumoso, porque al no ser de Champaña (creo que todos conocemos la pataleta de los productores de la región) es un espumoso con algún toque de nombre y sabor local que los hace interesantes y a veces, digo bien claro, sólo a veces, mejores que algunos caldos de Champaña.

Mi amigo me trajo un Crémant D´Alsace que es un vino espumoso delicado y muy bien estructurado con aromas suaves, pero intensos y suele ser por lo general hecho a base de una sola uva. Su precio es muy moderado y oscila entre los 6 y 14 euros, en dependencia de la región y la elaboración ya que existen crémant de Loira, Burdeos y Borgoña. Escribo sobre este en particupal, no sólo por rendirle honor a mi amigo, sino porque la uva con la que ha sido creado es Pinot Gris. Yo soy un amante de la Pinot Noir, esa estructura tatinosa baja y cuerpo medio es lo que la hacen perfecta para mezclar casi con cualquier otra variedad y sola es mansa, apacible y elegante, cosas que me fascinan en cualquier vino, así pensó que la Pinot Gris cautivaría mi paladar. Según los expertos es una mutación de la Vitis Vinifera, que para no armarla gorda es una subespecie de vid con características muy propias se supervivencia y si revisan tiene una historia de idas y vueltas y trashumancia por toda Europa desde la Edad Media.

Para ser honestos, siempre sospecho de todo espumoso, porque muchas veces está hecho de una manera industrial y con desgano que lo sientes en la nariz y en el paladar, y que muchas veces tiene unas burbujas grotescas que parecen pelotas playeras, pero esta vez quedé sorprendido. Su espuma persistente y bastante fina, los colores plateados y el toque vegetal ligeramente ácido con toques de ciruela confitada y matices de pastelería lo hacen ingeniosamente alegre para un aperitivo. La región de Alsacia goza goza de un clima cada vez más similar al de Champaña y en este caso, la bodega Wolfberger, sigue produciendo de una manera semiartesanal que enriquece sus producciones. Por Internet se puede conseguir este vino o similares y si se viaja a Francia y el bolsillo no da para champagne es una buena opción, los hay rosados, más secos, de otras variedades, pero sin temor a equivocarme creo que es una buena opción. Las fronteras a veces nos dan sorpresas y este vino es el resutaldo de una mutación y la dedicación de hombre que saben mucho de esta arte.